El Gobierno de Joe Biden está presionando a Israel para que retrase la invasión terrestre de Gaza para tener más tiempo para negociar la liberación de los rehenes estadounidenses en manos de los terroristas de Hamás.

El mismo día que Hamás liberó a una madre y una hija estadounidenses, el grupo islamista denunció que Tel Aviv se negó a aceptar la liberación de dos ancianos israelíes que están secuestrados a lo que Israel señaló que se trataba de "propaganda".

Hamas argumentó que Israel "no hablaba en serio" acerca de negociar la liberación de rehenes, lo que provocó la inmediata respuesta de la oficina del primer ministro Benyamin Netanyahu, que señaló que continuaban los esfuerzos, con Qatar como mediador, para liberar a todos los cautivos restantes.

La presencia de los casi 200 rehenes en Gaza, muchos de ellos con doble nacionalidad y pasaportes de más de 40 países, es un factor que complica cualquier ataque terrestre israelí destinado a aniquilar a la organización terrorista Hamás.

Yoav Gallant, ministro de Defensa israelí, dijo a las tropas reunidas en la frontera de Gaza la semana pasada que pronto verían el territorio palestino "desde dentro", sugiriendo que se acercaba el momento de la esperada para iniciar la invasión terrestre.

El coronel Peter Lerner, portavoz de las fuerzas de defensa de Israel (FDI), dijo a la BBC: "Nunca hemos anunciado que habrá una operación terrestre" a medida que crecían los temores de una invasión total que destruyan las esperanzas de una liberación de los rehenes.

Sin embargo, en los últimos días, los portavoces militares han hecho hincapié en el aumento de los ataques aéreos antes de "la próxima etapa de la guerra". El sábado, Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor de las FDI, pareció confirmar una invasión terrestre al señalar: "Entraremos en Gaza, entraremos para una misión operativa".

La presencia de rehenes en el terreno podría implicar la realización de incursiones limitadas en lugar de una guerra relámpago sobre el terreno

Lerner dijo que los cientos de miles de reservistas en la frontera de Gaza estaban "actualmente siendo entrenados y equipados, sí necesitan movilizarse para ayudarnos a lograr nuestro objetivo de destruir a Hamás de una vez por todas".

El gobierno y el ejército de Israel no sólo están bajo presión de Washington para retrasar un ataque terrestre, sino también de aliados occidentales que tienen ciudadanos retenidos como rehenes y de familias israelíes cuyos seres queridos están en manos de los terroristas en Gaza.

Hamás ha sugerido que los rehenes están en manos de diferentes grupos militantes, incluida la Yihad Islámica Palestina, lo que complica aún mas cualquier negociación para su liberación.

Más de 2.2 millones de habitantes de la Franja de Gaza están al borde una catástrofe humana ante los ataques aéreos de Israel.