Táctica 100.1

Por Raúl Israel Espinoza Marin

Reprobable Nahuel, pero aún más Tigres como institución

¡Dicen que el que calla otorga! Y eso es algo que Tigres, un club que pretende ser grande en el balompié de nuestro país hizo tras el actuar de su guardameta Nahuel Guzmán.

 

Si bien es cierto que los clásicos regios no tienden a ser ni emocionantes ni espectaculares, el del pasado sábado en la fecha 15, fue muy contrastante a otras ediciones de este encuentro.  Pero lamentablemente fue empañado por el actuar de un futbolista que no estuvo en la cancha.

 

Nahuel Guzmán, un portero de calidad indiscutible, pero de un actuar sumamente cuestionable se robó los reflectores (como a él le gusta), aunque de forma muy negativa.

 

Al más puro estilo de un pandillero o un barrista cualquiera, el jugador que es un referente de su equipo en los últimos años, tomó la decisión de utilizar un apuntador láser para distraer al portero de rayados Esteban Andrada.  Junto a Antonio Sancho directivo del club Tigres observaron el juego en uno de los palcos del estadio, pero de manera reprobable a Guzmán se le ocurrió “la brillante idea” de interferir en el juego desde su lugar, emulando a cualquier inmaduro adolecente.

 

Su conducta quedó registrada por el personal operativo del estadio, que dudó en proceder conforme al protocolo al tratarse de un hecho que surgió en el palco del equipo rival y tratándose de un jugador (según palabras de la directiva de Monterrey).

 

Aunque Guzmán se disculpó a través de sus redes sociales, al final en nada reparó tan detestable hecho, que viene a mermar aún más la conducta que se ve en los estadios del futbol mexicano. Liga que no es capaz de erradicar un grito homofóbico y todo indica tampoco el actuar de jugadores como el portero de Tigres que, según él, está muy arrepentido.

 

Lo peor de todo y, por si fuera poco, es que Tigres no salió a comunicar nada al respecto y más bien emitió un mensaje para victimizarse de las malas decisiones arbitrales de las que supuestamente son objeto.

 

Es increíble que un club que pretende ser “grande” quiera tapar el sol con un dedo y de paso evite el tema sin darse a la tarea de colocar su postura ante un hecho que no será el peor de un jugador en el futbol mexicano, pero que sin duda si puede marcar un precedente en la conducta de quienes se sienten intocables, pero que son referentes y ejemplo (o mal ejemplo) ya no solo para niños, también para quienes acuden a un estadio, tengan la edad que tengan.

 

Hasta el momento en que me permití escribir esta columna no existía sanción para el jugador por parte de la Comisión Disciplinaria que ya abrió una investigación, pero que no podrá hacer más que suspenderlo en algunos partidos y quizás multarlo económicamente por su actuar.

 

Para reflexionar queda solo ver como un atleta (ese que debe ser ejemplo dentro y fuera de la cancha) se comporta y se conduce. Es también claro que no son ni serán “santos” ni tampoco perfectos. Son seres humanos, pero su manera de ser más allá de apegarse a su educación, debe apegarse a lo que la institución que los contrata pregona o busca como objetivo final y dudo que Tigres busque protagonismo o trascendencia con este tipo de perfiles en su institución.

 

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Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

RAÚL ISRAEL ESPIONOZA MARIN

Twitter: @riem1382

Conductor de Táctica 100.1 y Noticias Globalmedia.