Los Expedientes del Imperio
Por Jaime Contreras Huerta
El legado de AMLO: La justicia social
En 1991, cuando Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue víctima de fraude electoral como candidato a la gubernatura de Tabasco, realizó la Marcha del Éxodo por la Democracia caminando desde su estado natal hasta la Ciudad de México, con el fin de presionar al gobierno de Salinas de Gortari para que implementara medidas encaminadas a promover la transparencia y la justicia electoral. Miles de ciudadanos se solidarizaron con este movimiento clave en la historia de la lucha por la democracia.
En 2005, cuando AMLO era jefe de Gobierno de la Ciudad de México, el PRI, el PAN, la oligarquía y Vicente Fox lo desaforaron con la intención encarcelarlo y evitar que participara en la elección presidencial de 2006. Este hecho propició que se llevaran a cabo actos de resistencia civil pacífica como la marcha del silencio, que logró una gran concentración de cientos de miles de personas y provocó que Fox reculará en la fallida decisión de los conservadores. El tabasqueño se convirtió en un verdadero peligro para las élites políticas y económicas, así como un líder para diversos sectores sociales.
En 2006, López Obrador perdió en la elección presidencial en un evidente fraude electoral que resonó a lo largo y ancho del país. Cientos de miles de simpatizantes exigieron una verdadera democracia bajo el lema “Voto por voto, casilla por casilla” o “No al fraude” que le dio la presidencia a Felipe Calderón. Ante la imposición autoritaria, surgió un movimiento popular en defensa de la democracia, ya que para entonces era evidente que el PRI y PAN eran de la misma calaña y no representaban una alternativa para la democratización.
“Haiga sido como haiga sido”, Felipe Calderón ocupó el cargo de presidente, hecho que agilizó la confluencia de movimientos democratizadores lidereados por Manuel López Obrador, un político espontáneo, sin marca mediática y con una narrativa acorde a la cultura y a las distintas formas de hablar de los mexicanos en las diversas regiones del territorio nacional. Como explica David Back Geler, “AMLO rompe el molde del lenguaje correcto que, los llamados intelectuales orgánicos, habían impuesto durante mucho tiempo en el país”.
Entonces surgió el obradorismo y Manuel López Obrador encabezó cientos de mítines en las plazas públicas del país. En 2011 se fundó El Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), una asociación civil dedicada a impulsar la democracia y la defensa de la soberanía de México. Esta asociación fue para miles de mexicanos el partido del obradorismo, en gran medida porque se sintieron representados cabalmente por el líder López Obrador.
Las elecciones federales de México de 2018 fueron un evento histórico donde Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia con el 53.19% de los votos. Esta elección es considerada una de las más grandes de la historia del país, ya que marcó un cambio significativo en la política mexicana. Aproximadamente 30 millones de ciudadanos votaron por AMLO, reflejando una participación masiva y un fuerte deseo de cambio. La elección, además de notable por la gran participación, también fue un giro hacia la izquierda en el liderazgo político del país.
En su primer discurso como presidente, el lema "por el bien de todos, primero los pobres" anunció una nueva política para llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública de México, en “una modernidad forjada desde abajo y para todos” y con el compromiso de luchar contra la corrupción, a favor de la transparencia y la justicia social. En los primeros días de diciembre de 2018, AMLO realizó su primera conferencia matutina y los intereses de los medios, como poderes fácticos, fueron obstaculizados por el papel que cobró la también llamada conferencia mañanera. La nueva modalidad de comunicación social impulsó el empoderamiento de la ciudadanía para difundir su opinión a través de los medios de comunicación alternativos.
Había iniciado una transformación profunda, una revolución de las conciencias para formar sujetos críticos con conciencia social y cultura política democrática con el fin de transformar la realidad social y dejar atrás la incapacidad de los mexicanos para reconocer la opresión, explotación y desigualdad del régimen neoliberal que gobernó a México por más de tres décadas.
La cuarta transformación instauró los programas de bienestar con las pensiones para adultos mayores y las personas con discapacidad, así como becas para estudiantes. Logró que el salario mínimo que, en 2018 era de 88 pesos, aumentara a 374.89 pesos en la zona libre de la frontera norte y 248.93 pesos en el resto del país. Impulsó el desarrollo económico del sureste, construyó obras de infraestructura relevantes, las clases populares dejaron de ser excluidas y diez millones de mexicanos salieron de la condición de pobreza. Esto es hacer justicia social con la guía del líder de Morena y el obradorismo.
En una sociedad donde impera la justicia social se busca garantizar la equidad, la igualdad de oportunidades y la dignidad para todos los miembros sin importar su origen, clase social, género o etnia. Su importancia radica en que promueve un entorno más equilibrado y justo, donde los derechos humanos son respetados y las desigualdades estructurales son abordadas y corregidas a favor de la estabilidad y la cohesión social.
El legado de Andrés Manuel López Obrador es la justicia social para aminorar los efectos injustos que se generaron durante los gobiernos neoliberales y garantizar una vida digna para todos. Gracias presidente, los mexicanos estamos mejor, usted deja una huella imborrable y abierto el camino para continuar con la cuarta transformación.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.
JAIME CONTRERAS HUERTA
Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.