De Césares, decadencias y hazañas
«Lo que hacemos en la vida, resuena en la eternidad»
Máximo Décimo Meridio
A veces es mucho pedir que los integrantes de nuestra clase política -en México y en todo el mundo- se acerquen a los libros y alimenten su conocimiento para una mejor atención y actuación en los asuntos de la cosa pública. Por lo general, están muy ocupados en lo emergente, en la lucha y conservación del poder. Pocas veces se adentran a la esencia de la gobernanza que requiere lectura y reflexión de grandes autores.
El consejo aplica a políticos locales -y funcionarios universitarios-, nacionales y de todo el orbe como Donald Trump que a veces dan la impresión de no poner los pies en el piso (humildad) y se los come la soberbia que es la peor de las consejeras. Tampoco toman en cuenta lo que sabiamente dijo George Santayana: “Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”.
Es más fácil que al menos dediquen unas cuantas horas y vean documentales o películas que los instruyan y concienticen. Bien harían en ver Gladiador I (2000, Ridley Scott) protagonizada por Russell Crowe, Joaquin Phoenix, Connie Nielsen, Olvier Reed, Richard Harris, Derek Jacobi y David Schofield.
También deberán dedicar un par de horas para ver la esperada secuela Gladiador 2 (2024, Ridley Scott) protagonizada por Paul Mescal y Pedro Pascal. En ambas podemos ver cómo la corrupción, los excesos, desvíos y aciertos heroicos provocan crisis que al final pueden tumbar cualquier imperio. Si cayó Roma que no puedan caer los Estados Unidos, cualquier potencia mundial y gobierno de la República Mexicana.
En la primera película hay frases memorables que deben tomarse en cuenta: “Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad” o el épico “¡Fuerza y honor!”. La segunda parte tampoco tiene desperdicio. El hilo conductor del filme se basa en la cita de La Eneida del gran poeta romano Virgilio que hace Lucio (Paul Mescal):
“La bajada al Averno (Infierno) es fácil y suave; las puertas de Dite están de par en par abiertas noche y día. Pero dar un paso atrás y volver a ver el cielo ¡Eso sí que es tarea y empeño difícil! Bajar al infierno puede ser algo relativamente fácil, lo difícil es una vez dentro poder salir”.
Gladiador I cuenta la historia de Máximo (Russell Crowe), un mando militar romano que se convierte en esclavo y gladiador tras un intento de asesinato por parte del hijo del emperador Marco Aurelio. El general Máximo es un general de confianza del emperador Marco Aurelio, quien lo elige para sucederlo en el trono. Máximo es un hombre leal, valiente y dedicado al Imperio.
El emperador Marco Aurelio desea devolver el poder al Senado romano y elige a Máximo para sucederlo. Cómodo (Joaquín Phoenix), el hijo del emperador aspira al trono. Está celoso del prestigio de Máximo y ordena su arresto y ejecución. Máximo escapa de sus opresores, pero no puede evitar que asesinen a su familia. Es capturado por un mercader de esclavos y se convierte en gladiador.
Máximo se prepara para enfrentarse a Cómodo en el Coliseo -aquí el pan y circo son la esencia-, donde debe ganar suficientes combates para ser llamado a Roma. Logra acabar con la vida de Cómodo en la arena del Coliseo. En sus últimos momentos, le pide a Quinto que libere a sus compañeros de armas y restituya al senador Graco.
Una segunda parte que sí resultó buena
Veinticuatro años después, Ridley Scott y su guionista David Scarpa -con quien Scott ya trabajó en Napoleón y Todo el dinero del mundo- han logrado una historia similar en ciertos aspectos a la de Gladiador I, pero con una trama mucho más compleja, de aires shakespearianos. Las ambiciones, las envidias y las venganzas del mundo político cobran gran protagonismo.
La acción tiene lugar dos décadas después de la muerte de Máximo. El sueño de Marco Aurelio de “una Roma del pueblo y para el pueblo” es nuevamente rechazada por la ambición de la élite y es gobernada despóticamente por los hermanos Geta y Caracalla. Acacio, el mejor general del imperio, vuelve victorioso de África con un grupo de prisioneros, futuros gladiadores. Entre ellos está Lucio, ahora conocido como Hanno.
Ridley Scott, fiel a su pasión por llevar el cine al límite, aprovecha los avances tecnológicos para superar la espectacularidad de la película original. Las secuencias de batalla, la recreación de Roma y el Coliseo, así como las escenas de la revuelta, se presentan con una grandiosidad visual que impresiona.
Gladiator II es una historia mucho más coral que la primera y Scott supo rodearse de grandes actores: Joseph Quinn y Fred Hechinger interpretan a los ambiciosos y despiadados emperadores, al nivel del memorable Joaquin Phoenix; mientras que el triángulo formado por Paul Mescal, Pedro Pascal y un imponente Denzel Washington aportan intensidad a la trama. Washington, de hecho, ofrece una actuación que bien podría merecerle una tercera estatuilla.
El resultado final del nuevo filme de Ridley Scott es una película notable que demuestra que es capaz de llevar a la pantalla grandes historias que emocionan, entretienen y pueden abrirle los ojos a nuestra putrefacta clase política para que no se sientan eternos y que se acuerden que son humanos.
Simultáneas:
- Gladiador II ganará varios premios cinematográficos. Gladiator I fue todo un éxito entre la crítica especializada y el público, así como en la taquilla, convirtiéndose en una de las películas más vistas del año 2000, recaudando 34.83 millones de dólares en su primer fin de semana en Estados Unidos y más de 457 millones de dólares en todo el mundo ese año. La película fue nominada a varios premios de 36 ceremonias distintas. De un total de 119 nominaciones, la película ganó 48 premios, incluidos algunos premios de la Academia en su 73º edición. Gladiador II no alcanzará tantos reconocimientos pero sí logrará varios.
- Apoyemos a Chuchito. Jesús Ángel, cariñosamente conocido como Chuchito, es un valiente niño de 4 años de edad que ha enfrentado adversidades desde sus primeros años de vida luego de sobrevivir a un incendio. Su madre murió al entrar al fuego y rescatarlo pero su cuerpo tiene quemaduras de segundo y tercer tipo. Chuchito se encuentra hoy en una lucha crucial por su bienestar y su padre Donaciano Torres Silva hace llamado solidario a todo México para que lo ayuden a solventar las operaciones que requiere su hijo. Se abrió una cuenta bancaria en BBVA Bancomer 1525957189 para recibir donativos que lo ayuden a las operaciones que requiere. Ojalá todos podamos darle un donativo.
- El Caballo Negro. En trepidante juego no apto para cardiacos, ayer en El Volcán, el Atlético de San Luis logró la hazaña de que Tigres de la UANL no le marcara ni un sólo tanto haciendo valer los tres goles a cero que le anotó a la fiera en el Estadio “Alfonso Lastras” que pronto se llamará “Jacobo Payán”. ¡Ni Gignac pudo anotar un tiro penal! Torrent demostró que es un gran estratega de fútbol y por qué Pep Guardiola lo tenía a su lado. Ahora la afición potosina sueña con derrotar a Monterrey para llegar a una segunda final en la Liga Mx –la última fue en 2006 y la perdió contra Pachuca-. Su pase a la final y su eventual triunfo contra quien gane del América y Cruz Azul sería el mejor regalo de Navidad para San Luis Potosí.
¡Hasta el próximo lunes!
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.
EDGARDO PÉREZ ALVELAIS
X, antes Twitter: @AlvelaisPerez
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UASLP. Comenzó como reportero en Canal 13 y para la revista Jaque. Dirigió Canal 9 de SLP y conoció de cerca el modelo de Radio Canadá en Montreal. Ocupó cargos de producción audiovisual, monitoreo, síntesis y análisis en Comunicación Social de Gobierno del Estado y del Ayuntamiento de la capital. Fue ejecutivo de Proyectos Técnicos y Especiales del Centro Nacional de Supercómputo del IPICyT y en la iniciativa privada participó en Seguros ING y AXA. Actualmente se desempeña en el sector inmobiliario y es director de Ajedrez Político SLP.