A 3 DÍAS DE LAS ELECCIONES DEL SUPER MARTES 5 EN EE.UU, TRUMP Y KAMALA ESTÁN CON EMPATE TÉCNICO; NEGOCIOS EN WASHINGTON SE PREPARAN POR POSIBLES DISTURBIOS DE GENTE DEL REPUBLICANO POR SI PIERDE Y LLAMA DE NUEVO A LA REBELIÓN

A sólo 3 días de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos a efectuarse el martes 5 de noviembre, Kamala Harris y Donald Trump están en un empate técnico, según el promedio de las principales encuestadoras; ambos aspirantes cruzaron acusaciones ayer sábado en estados muy disputados, llamados "columpio", en busca del voto de los indecisos para obtener el triunfo que será de fotografía.
La vicepresidenta demócrata y su rival, el expresidente republicano, siguen en empate técnico en las encuestas cuando 73 millones de personas ya han votado por anticipado. En este momento no es posible predecir un ganador, ya que en Estados Unidos esto se define por el número de votos distritales y no por el voto popular mayoritario.
FiveThirtyEight indica que Harris supera por 1.2 puntos porcentuales a Trump con 47.9% de la preferencia contra un 46.7% de Trump. En septiembre, eran cuatro puntos de diferencia los que tenía la demócrata sobre el republicano.
En cuanto a la consultora American Pulse Research & Polling, Kamala Harris se encontraba apenas por encima de Donald Trump por dos puntos de diferencia con el 49% de intención de voto contra los 47% que tiene Trump al 2 de noviembre.
Quienes dan el triunfo hoy a Donald Trump son encuestadoras como AtlasIntel, con un 49% para el republicano por sobre Harris, que acumularía un 47%, con dos puntos de ventaja del exmandatario.
IPP Insights es la encuestadora que prevé un empate entre ambos candidatos en el voto popular y revela que cada uno de ellos, tanto Harris como Trump, obtendrían el 48% de los votos. El 1% de los consultados, de acuerdo a lo publicado ayer sábado, afirmó elegirá a otro candidato y un 3% reconoció que aún no sabe por quién se decantará.
Trump y Kamala se han centrado en los estados clave, donde los candidatos suelen ganar por la mínima, a diferencia de los otros que son tradicionalmente republicanos o demócratas.
Este fin de semana la vicepresidenta de 60 años viaja a Georgia, Carolina del Norte y Michigan. En Atlanta, la capital del estado de Georgia, la exsenadora, que aspira a convertirse en la primera presidenta del país, atacó a su rival.
Kamala acusó a Trump de considerar “un enemigo” a todo aquel que discrepe con él, de haber “nombrado a dedo a tres miembros de la Corte Suprema” durante su mandato (2017-2021) con la intención de que dinamitaran el derecho federal al aborto y de querer bajar los impuestos “a los millonarios y las grandes corporaciones”.
En un mitin en la localidad de Scranton, en Pensilvania, un estado clave en estos comicios, el presidente Joe Biden insistió en este punto. “Trump y sus amigos republicanos quieren otro recorte de impuestos gigantesco para los ricos”, dijo.
“Sé que algunos de ustedes están tentados de pensar que es de machos pero esta es la clase de tipos a los que les gusta darles un azote en el culo”, soltó.


En Carolina del Norte, Trump volvió a cargar contra su rival. “Habla de unidad, y luego me llama Hitler”, se quejó de Harris. En realidad la vicepresidenta le ha llamado “fascista”, pero no Hitler.
Sí dio crédito hace días a unas declaraciones realizadas por el exjefe de gabinete en la Casa Blanca, John Kelly, según el cual Trump le dijo que Adolf Hitler “también hizo algunas cosas buenas”.
El magnate quiere recuperar las llaves de la Casa Blanca. Si lo logra, se convertiría en el primer presidente con una condena penal y cuatro inculpaciones a sus espaldas. Ante una muchedumbre de seguidores incondicionales, Trump consideró que los malos datos del empleo revelados el pasado viernes son un regalo que puede influir en la votación.
En una entrevista con Fox News, arremetió contra un anuncio de televisión demócrata en el que se ve a esposas de sus simpatizantes votando en secreto por Harris. “¿Se imaginan a una esposa que no le dice a su marido a quién va a votar?”, se preguntó.
El republicano de 78 años sabe que, según las encuestas, las mujeres prefieren a Harris y los hombres a él.

Y es difícil que la tendencia haya cambiado después de que Trump comentara que protegerá a las mujeres “les guste o no, las protegeré”, insistió ayer sábado, obviando la segunda parte de la frase.
En economía, el magnate se propone defender el tejido industrial de su país, si fuera necesario con guerras comerciales agresivas y aranceles de hasta el 200%. Un mensaje que repetirá en Virginia, Pensilvania y Georgia.
Trump ha endurecido al extremo su retórica, sobre todo la antimigrante, para movilizar a sus bases. Si Harris gana “cada localidad de Estados Unidos se convertirá en un campamento de refugiados sórdido y peligroso”, afirmó.
“Estados Unidos es ahora un país ocupado” por los migrantes, dijo, y recalcó que si él gana lanzará “el programa de deportación más grande en la historia” del país. En la recta final aumenta el miedo a un posible estallido de violencia si Trump pierde y se niega a reconocer su derrota, como hizo en 2020. Los comercios de la capital, Washington, han comenzado a proteger los escaparates. Las autoridades locales consideran “impredecible” lo que pueda pasar tras el cierre de las urnas.
Por lo pronto, Trump y miembros de su entorno sostienen que ha habido fraude y “trampas” en estados clave como Pensilvania. En mente de todos están las imágenes de una turba de simpatizantes de Trump atacando el Capitolio el 6 de enero de 2021 en un intento de impedir la certificación de la victoria electoral del actual presidente Biden.
