Ajedrez Huasteco
Por Jesús Sierra
LA HERMANA Y SUS EXCESOS
Dios te de una hermana secretaria, aunque con talento político no te bendiga.
Llegó a ocupar espacios políticos sin experiencia, gracias a la posición de su hermana ubicada muy cerca del mesías, a quien sigue desde hace muchos años. La única participación política que se le conoce es como miembro de un sindicato local de telefonistas, nada que comparase con un espacio desde donde llego rápido a sus manos el manejo de dinero, de puestos públicos, de influencias, de voluntades, de apoyos sociales. Con un muy rápido proceso y sin mérito alguno, la posicionaron en la política del partido dominante de la política mexicana, entre otros puestos como candidata a senadora y como presidenta del movimiento de regeneración que es la esperanza de México.
Su corta carrera política partidista ha sido matizada por innumerables excesos cometidos a la sombra de su hermana. Rápidamente encontró la forma de controlar conciencias, comprar voluntades, amedrentar simpatizantes, acomodar en puestos de gobierno a familiares y amigos, poner candidatos, lanzarse contra el mandatario de su estado y al final, terminar con un abrazo más fingido que su propia trayectoria.
Muchos lastimados ha dejado en el camino de sus excesos, como los trabajadores de la paraestatal que descubrieron los diablitos colocados en uno de sus negocios a quienes finalmente, y gracias a la influencia soportada en su hermana, despidieron injustificadamente por el único pecado de haber agraviado con el cumplimiento de su trabajo, a la nueva mandamás del pueblo.
Aquellos dos candidatos a diputados federales que impuso a capricho y que no le sirvieron absolutamente a nadie, pues pasaron su estadía en San Lázaro grises, opacos, insulsos, inútiles y teniendo que aportar de su dieta para la causa y que hoy, yacen en el basurero de la historia y el olvido, pues parece que todo lo que toca, lo destruye.
Una candidatura fallida financiada con dinero público que salió de los que eran diferentes, cuyo fracaso le atribuye a la mafia del poder que ahora abraza, lejos de reconocer sus propios errores, sus propios excesos, su propia arrogancia, su falta de percepción y estrategia política y sus votos en contra, ganados muy a pulso con su abusivo proceder.
Familiares y amigos colocados en puestos públicos a los que ahora les dan jugosos salarios con los que ahora viven como nunca vivieron. Viajes, cirugías, camionetas del año, un buen restaurante, lujos que sus mismos beneficiarios presumen, pues si no que chiste, todo con cargo a la transformación.
Un escándalo delincuencial tan grave que involucra a sus amiguis, a esos que ahora niega y de los que no tiene nada que opinar, si, a esos a los que entregó las posiciones de su movimiento de regeneración, quitándole la oportunidad a los seguidores y constructores de las bases que creen en un cambio verdadero, en las palabras de su mesías, en la esperanza de que el pueblo puede cambiar al pueblo. Una idiosincrasia que incluye historias de entrega al trabajo partidista que se pasó por el arco del triunfo, así de manera monumental.
Un diputado que impusó a modo y que lejos de aportar algo a la maltrecha sociedad que representa, se echó en los brazos de los amiguis a hacer negocios, con dinero del pueblo bueno y sabio, vaya cosa tan ruin.
Ciudadanos que simpatizan con el movimiento de regeneración que hoy ven con tristeza e impotencia la fea manera en que se dilapidaron las intenciones del cambio verdadero, a manos de una beneficiaria del esfuerzo de su hermana.
Una sociedad apática que observa pero no opina, pues tiene claro, que hasta eso es peligroso.
Así las cosas.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.
JESÚS SIERRA
Abogado por la UASLP. Experto en acceso a la información, transparencia y rendición de cuentas. Colaborador y columnista en varios medios de comunicación entre ellos Ajedrez Político SLP. Radica en Ciudad Valles, la puerta grande de la Huasteca potosina.