"La verdadera presencia del mal en el mundo se encuentra en la injusticia, la destrucción y la violencia, y no en cuestiones tales como posesiones diabólicas que se ha hecho creer a través de películas de ciencia ficción", afirmó ayer en su homilía dominical el Obispo de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, quien mencionó que el demonio está encarnado en quienes de forma afanosa buscan tener poder y fama, provocando con ello rupturas y divisiones en la familia y en la sociedad.

El prelado agregó que en el mundo hay maldad y ésta es consecuencia de la desviación y del rechazo al plan que Dios tuvo para la humanidad desde sus inicios. La injusticia, la destrucción y la violencia derivan del desorden interior del ser humano dividido, subrayó el Obispo Espinoza Jiménez.

Durante la Homilía de la Misa dominical que presidió en la Catedral Basílica de Aguascalientes, el pastor de la Diócesis reiteró que la afanosa búsqueda de poder, de tener y de fama son una cala evidencia de la presencia del mal en el mundo y solo provocan rupturas en la familia y en la sociedad.

"Éstos son los verdaderos campos de actuación del demonio, quien busca separarnos de Dios, generar pecas, propagar el mal, nada gana con infundir terror", advirtió.

El Obispo Juan Espinoza reconoció también que por siglos se ha querido encontrar el origen del mal, de la enfermedad y de la muerte, sin tener en cuenta que se ha separado de Dios.

Advirtió que el máximo pecado es aquel que se comete contra el Espíritu Santo, el rechazar al Espíritu de la Vedad, de la Vida, de la Santidad y de la Gracia para optar por el mal contra Dios y contra su reino.