DAHMER, LA SERIE DE NETFLIX SOBRE EL ASESINO EN SERIE Y CANÍBAL DE MILWAUKEE TIENE GRANDES NIVELES DE AUDIENCIA

Con gran éxito y grandes niveles de audiencia Netflix estrenó la serie biográfica Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, protagonizada por Evan Peters, que es una producción que retrata al apodado Carnicero de Milwaukee, quien fue un asesino serial que cometió antropofagia con sus víctimas y fue enjuiciado en 1992 después de descubrirse que desmembró y comió a 17 personas, entre 1978 y 1991.
Esta serie, como muchas otras que cuentan historias de asesinos en serie, ha tenido una gran acogida por parte del público. Ese éxito en la plataforma mundial de streaming tendría como explicación una aparente fascinación del ser humano por vivir aterrado y poner a prueba su tolerancia a la violencia.
Jeffrey Dahmer era fanático de Star Wars y El Exorcista III, lo que implementó en su imagen de asesino, y otras curiosidades del Monstruo o Caníbal de Milwaukee. Usaba lentes de contacto amarillos, pues sus películas favoritas los villanos tienen ojos amarillos (El Emperador Palpatine y El Asesino Géminis).
Su bautizo como cristiano ocurrió el mismo día que ejecutaron a John Wayne Gacy, el asesino serial que solía ir a eventos infantiles vestido de payaso, además que también hubo un eclipse parcial.

Cuando cumplió 4 años tuvo que ser sometido a cirugía por una doble hernia, lo que él asimiló como que “le habían quitado sus genitales”, esto lo marcó de por vida. Su IQ era muy alto, giraba entre los 145 y 155, muy por encima del promedio.
El nombre completo de Jeffrey Dahmer tiene 13 letras, su tiempo como asesino duró 13 años y vivía en el departamento 13, lo que algunos piensan que podría ser superstición. Los cráneos de sus víctimas no solo fungían como recuerdo de estas, también eran una especie de compañía para Dahmer, hablaba con ellas, las besaba y acariciaba.
Mientras más mataba, más se sentía motivado y pasaba más tiempo experimentando con sustancias químicas que ayudan en la conservación de cuerpos humanos, con el fin de crear al zombi amante perfecto.
Su tiempo en el ejército fue turbio y muchos de sus colegas aseguraron que Jeffrey Dahmer los drogó para abusar de ellos. Después de un tiempo, fue dado de baja con honores, a pesar de las quejas de sus compañeros y su preocupante alcoholismo. Se cree que tenía Asperger pues desde los 10 años caminaba de forma muy rígida, además de otros comportamientos que han hecho a muchos expertos teorizar que el Caníbal de Milwaukee se encontraba en el espectro, aunque no existen pruebas contundentes al respecto.
El Dr. César Manrique Tapia, psicólogo del Equipo Técnico de Investigación y responsable de los Laboratorios de Psicología de la Universidad César Vallejo (UCV), explicó que las personas suelen llamarles la atención estos tipos de casos donde hay muertes o violencias. “En general, los sucesos que implican muerte o violencia llaman la atención del ser humano de una manera muy particular. De hecho, esta es la explicación por la cual una persona se queda viendo cuando está en el lugar de un accidente o cuando mira algún video con imágenes fuertes en el celular. Es el morbo de probar constantemente el límite de la tolerancia a la violencia”, indicó.

Por otro lado, estas historias también llaman la atención debido a que se centran en personas que tienen comportamiento normal y que podrían igualarse o no a uno mismo. Estas adaptaciones permiten al ser humano experimentar situaciones de violencia, venganza y acecho.
“En una publicación de la BBC, se menciona que el FBI realizó una investigación sobre el asesinato en serie y concluyó que estas personas no eran consideradas monstruos y que pueden no parecer extraños. Lo que nos recuerda que un asesino que tiene familia, empleo o que puede vivir en nuestra misma comunidad tiene cierta cercanía”, puntualizó el especialista.
Finalmente, el Dr. Manrique comentó que, si bien el ver estos contenidos no volverá al espectador un asesino en serie, sí es importante no fascinarse con este tipo de producciones, mucho más si el espectador es un menor de edad.
“Si esta serie la ve un niño o alguien con cierto desequilibrio emocional o con conductas inestables, estos indicadores de la personalidad podrían generar impulsividad y violencia hacia otras personas. También dependerá del enfoque que los creadores le den a la serie: si se pretende dar una enseñanza a partir de ello o si presentan al asesino como un ícono a seguir”, finalizó.
