En una ceremonia de casi 4 horas y que por su originalidad, inclusión y rico contenido ya se le considera como la mejor en su tipo, ayer se realizó la espectacular ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 que a lo largo del Río Sena y al aire libre -algo antes nunca visto-, mostró la historia, la cultura y el glamour de Francia ante un millón de espectadores presenciales que en la Ciudad de la Luz quedaron anonadados ante un pebetero suspendido en el aire con un globo aerostático que acompañará a la Torre Eiffel en los 19 días que durará la más importante justa deportiva mundial.

La aparición y desfile de los 109 atletas de delegación mexicana -63 mujeres y 46 hombres-, cantando el Cielito Lindo y gritando "¡Viva México, México..!" le dio un toque especial al magno evento haciendo estremecer a los presentes y vibrar de emoción a los millones de espectadores que en la pantalla chica que veían y escuchaban a los tripulantes de la embarcación azteca.

Fue un evento épico  y una ceremonia nunca antes vista en París que es la tercera ocasión que organiza las Olimpiadas (1900, 1924 y 2024) y que nuevamente hizo lucir sus instalaciones emblemáticas como el Stade de France, los Campos Elíseos  y el Río Sena. Es tanta la originalidad que las medallas que se repartirán a los triunfadores están elaboradas con pedazos de metal de la Torre Eiffel que engarzan el oro, la plata y el bronce. 10 mil 500 atletas competirán arduamente por ellas.

Más de 200 delegaciones que subieron a bordo de embarcaciones que desfilaron por el Río Sena a lo largo de un recorrido de 6 km entre el Puente de Austerlitz y el Trocadero. Los atletas también desfilaron por este legendario afluente pasando por algunos de los monumentos más bellos de la capital francesa como Notre-Dame de París, el Museo de Louvre y la Torre Eiffel.

Durante la ceremonia de inauguración, dirigida por Thomas Jolly, se vivieron momentos increíbles llenos de historia, música y baile para honrar la presencia de los atletas que durante los próximos días entregarán su máximo esfuerzo para colocarse en el medallero.

Ni la lluvia que nunca cesó pudo detener y menos opacar la gran ceremonia en la que lucieron icónicas  figuras del espectáculo como Lady Gaga, Aya Nakamura y Celine Dion que magnífica reapareció interpretando “Himno al amor”, icónica canción de la célebre cantante francesa Édith Piaf que trascendió a la historia por su melancólica voz.

La presentación de Celine Dion que selló la ceremonia de inauguración fue uno de los momentos más esperados pues fue su regreso a un escenario después de superar un padecimiento llamado síndrome de la persona rígida (SPR), a los 56 años.

Celine Dion fue la encargada de enmarcar con su monumental voz, por segunda vez una inauguración de los Juegos Olímpicos, siendo Atlanta 1996 la primera ceremonia, donde interpretó “The Power on the Dream”.

La celebración de la ceremonia fue abierta a un público, sin coste de entrada para la mayoría de sus espectadores que no necesitaron entradas para acceder a los muelles superiores. Muchos de ellos que ocuparon los muelles inferiores, desde el puente de Austerlitz hasta el puente de Iéna, sí compraron boletos, pero la gran parte del millón de asistentes pudieron libremente ver los festejos a orillas del Sena donde se instalaron ochenta pantallas gigantes y altavoces estratégicamente colocados que permitieron a todo el mundo disfrutar de la mágica atmósfera del espectáculo que retumbó en toda la capital francesa y en el mundo.

La banda francesa Gojira de death metal y metal progresivo hizo historia al convertirse en el primer grupo de rock en su tipo en actuar en los Juegos Olímpicos. Durante la inauguración ofreció una actuación que fusionó elementos históricos con un contundente espectáculo musical.

El sonido de Gojira, antes Godzilla, se caracteriza por su intensidad, complejidad y técnica. Sus riffs pesados y potentes se combinan con melodías pegadizas y solos virtuosos, creando una experiencia auditiva única. 

La presentación comenzó cuando los integrantes emergieron desde los muros del Museo de Orsay, recreando una escena de Los Miserables de Victor Hugo y evocando la Revolución Francesa. En cada ventana del icónico edificio, varias mujeres interpretaron a María Antonieta, e hicieron alusión a la histórica decapitación de la reina, ocurrida el 14 de octubre de 1793. Las letras de sus canciones suelen abordar temáticas relacionadas con la política, la naturaleza, el medio ambiente, la espiritualidad y la filosofía.

La puesta en escena incluyó efectos pirotécnicos y serpentinas, culminando en los segundos finales con una dramática simulación de la pinacoteca “ardiendo en llamas”. A la banda se unió la cantante de ópera Marina Viotti creando una fusión única de géneros que simbolizó el espíritu inclusivo y diverso de la ceremonia.

La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Verano de París 2024 ya es considerada la más grande jamás celebrada en la historia de los Juegos.