SE COMPLICÓ EL INCENDIO FORESTAL EN LA SIERRA DE SANTA MARÍA DEL RÍO Y 180 BRIGADISTAS TRABAJAN A MARCHAS FORZADAS PARA LIQUIDAR EL FUEGO QUE AMENAZA A LA SIERRA GORDA DE RIOVERDE

Autoridades de los tres niveles de gobierno trabajan a marchas forzadas para tratar de liquidar el incendio forestal en la Sierra de Santa María del Río se intensificó porque el fuego pasó de consumir hojarasca a quemar pinos que son más difíciles de apagar.   

Se estima que son 1500 hectáreas siniestradas y lo más preocupante es que desde el pasado sábado 5 de mayo las llamas están avanzando de 150 a 200 hectáreas cada día. El gran peligro es que el fuego ya está entrando a la Sierra Gorda de Rioverde.

Los Guardianes de la Sierra de San Miguelito ayer enviaron una carta a María Luisa Albores, secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales, explicándole la gravedad del asunto y la funcionaria leyó el comunicado. Se espera que la Semarnat actúe de inmediato y tome cartas en el asunto antes de que las llamas consuman más hectáreas y el fuego sea incontrolable.  

El incendio en las copas de los árboles es considerado por la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC) como uno de los fenómenos más peligrosos, porque el fuego se expande con mayor facilidad con la velocidad del viento y hace más difícil su control.
180 brigadistas y voluntarios intervienen por caminos de San Ciro de Acosta y de Santa María del Río, hay cuadrillas de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), de Protección Civil del Estado y de los municipios involucrados.

La CEPC informó que se mantiene el combate del incendio forestal en Santa María del Río con apoyo de autoridades de los tres niveles de Gobierno.
Desde temprano se instaló una bomba de agua y tanque colapsable en la comunidad El Camarón en Tierra Nueva con el objetivo de que el helicóptero cargue agua de un punto más cercano al fuego.
Al momento se tienen tres frentes activos los cuales se trabajan con más de 180 brigadistas y voluntarios de las comunidades.

También se entregaron víveres para 15 familias de las comunidades afectadas, las y los beneficiarios habitan en las comunidades de Bagres, Ciénega, San Francisco, Las Cruces, Canoas y San Isidro.