EL DICTADOR NICOLÁS MADURO LOGRA PERPETUARSE EN EL PODER AL GANAR NUEVAMENTE LAS ELECCIONES EN VENEZUELA ENTRE DENUNCIAS DE FRAUDE POR PARTE DE LA OPOSICIÓN. AMLO DICE QUE ESPERARÁ EL RESULTADO OFICIAL PARA RECONOCER EL TRIUNFO Y CELEBRA QUE NO HAYA HABIDO VIOLENCIA

El Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) anunció ayer el triunfo del dictador Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales entre denuncias de fraude de la oposición.

Seis horas después del cierre oficial de los centros de votación y tras una tensa espera, Elvis Amoroso, presidente del CNE, aseguró que con un 80% de las mesas escrutadas y con una "tendencia contundente e irreversible", Maduro fue reelecto para un tercer mandato con 5 millones 150 mil 92 votos, un 51.20% del total.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia mañanera, dijo hoy que esperará los resultados oficiales de las elecciones para pronunciarse y reconocer el triunfo de quien haya ganado y celebró que no haya habido actos de violencia "aunque ya por la noche se calentaron los ánimos, hubo mucha participación en redes sociales y medios de comunicación porque la casa también juega", indicó y proyectó los resultados oficiales hasta el momento, "Vamos a esperar", insistió.

El líder opositor, Edmundo González, por su parte, habría logrado 4 millones 445 mil 978 votos, un 44,2%. La oposición, sin embargo, denunció irregularidades tras una jornada con una alta participación, la cual se ubicó en el 59%, según el primer boletín ofrecido por el organismo electoral, el cual está controlado por el oficialismo.

La jornada se desarrolló de manera pacífica en casi todo el país, salvo en el estado Táchira (fronterizo con Colombia), donde en horas de la noche un hombre perdió la vida durante un tiroteo contra un centro de votación, reportó la prensa local.

Sin embargo, la tensión comenzó a crecer una vez cerrados los colegios de votación y a medida que pasaban las horas y no se anunciaban los resultados de unos comicios considerados cruciales y en los que la oposición esperaba ponerle fin a 25 años de chavismo.

Amoroso atribuyó el retraso a un "ataque terrorista" que demoró la transmisión de datos, lo que provocó dudas ante las denuncias opositoras.

Maduro se hizo eco de los señalamientos. “Venezuela sufrió un ataque en la noche. Un hackeo masivo. Ya sabemos de qué país viene. No lo voy a decir. Ya la huella quedó. Un hackeo masivo al sistema de transmisión del Consejo Nacional Electoral porque los demonios no querían que se totalizara y se diera el boletín oficial", denunció el dictador.

Amoroso anunció que solicitó a la Fiscalía iniciar una investigación. Sin embargo, esta no es la primera que vez que el CNE se demora en entregar los cómputos de unos comicios, pese a que el sistema electoral venezolano está totalmente automatizado y, según los técnicos, permitiría ofrecer un resultado una hora después de cerrados los centros de votación.

Una situación similar se registró en las presidenciales de 2013, cuyo resultados fueron cuestionados por la oposición. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) está analizando este caso.

Desde la oposición pusieron en duda los primeros resultados que dan la victoria a Maduro. "Hay un nuevo presidente electo y es Edmundo González, y todo el mundo lo sabe", dijo Maria Corina Machado, basándose en los datos del 40% de las actas que tienen a su disposición.

González hizo dupla política con Machado, la líder opositora que está inhabilitada para ejercer cargos públicos y que traspasó su apoyo al ex diplomático. Machado dijo que, según las actas de las que dispone la oposición, González logró el 70% de los votos y que ganó en todos los estados. Se han violado todas las normas. Nuestra lucha continúa", apuntó González.

Maduro, por su parte, llamó a sus adversarios a acatar los resultados. "Hay que respetar esta Constitución. Hay que respetar al árbitro y que nadie pretenda manchar esta jornada bella", dijo el aspirante a la reelección al celebrar el triunfo junto al Palacio de Miraflores.

Pero no sólo la oposición venezolana expresó dudas. El primero en cuestionar los resultados fue el presidente de Chile, Gabriel Boric. "El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados".

El canciller de Perú, Javier González Olaechea, condenó "en todos sus extremos la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del gobierno de Venezuela. El Perú no aceptará la violación de la voluntad popular del pueblo venezolano".

Otros países de la región como Guatemala y Uruguay se unieron a las críticas. En cambio, desde Honduras y Cuba llegaron felicitaciones para Maduro. Las cancillerías de nueve países de América Latina (Argentina, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay) habían pedido "un conteo de votos transparente".

Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, afirmó: "Nos preocupa seriamente que el resultado anunciado no refleje la voluntad o los votos del pueblo venezolano".

Las críticas internacionales fueron contestadas por el canciller de Venezuela, Yván Gil. "Venezuela denuncia y alerta al mundo acerca de una operación de intervención en contra del proceso electoral, nuestro derecho a la libre autodeterminación y la soberanía de nuestra patria, de parte de un grupo de gobiernos y poderes extranjeros".

Antes de la publicación de resultados, Omar Barboza, representante de la oposición, advirtió: "Lo que nos han dicho muchos representantes de los países latinoamericanos y europeos es que ellos tampoco reconocerán un resultado que no esté avalado por las actas".

Desde 2013, la oposición no veía tantas posibilidades de derrotar al chavismo pese a las denuncias de que el proceso no fue justo ni reunió las condiciones de transparencia necesarias. Ejemplos de ello fueron la inhabilitación de Machado, que el proceso se celebró sin la presencia de observadores internacionales reconocidos como los de la OEA o de la Unión Europea (UE) o los obstáculos impuestos para que los venezolanos en el exterior pudieran votar.

Durante la jornada también se registraron algunas irregularidades como la difusión de encuestas a boca de urna (exit polls) de dudoso origen, mientras se desarrollaban las votaciones por parte de medios y funcionarios estatales. Esto, apesar de que horas antes el fiscal general, Tarek William Saab, había amenazado con procesar a quienes se adelantaran al árbitro.

Maduro esperaba que el desgaste de la crisis no impidiera un nuevo triunfo del chavismo. Y para impulsar las votaciones se celebraron en una fecha emblemática para el oficialismo: el natalicio de Hugo Chávez.

El actual presidente atribuye los problemas del país a las sanciones internacionales contra su gobierno lideradas por Estados Unidos, aunque las dificultades comenzaron mucho antes.

"Hay una batalla entre el bien y el mal, los que odian y quieren venganza y los que amamos y queremos a Venezuela. Hemos pasado todas las tempestades y queremos avanzar en armonía para que cada quien siga con su emprendimiento y continuar con el trabajo para nuestra recuperación económica", había dicho Maduro ayer domingo 28 de julio cuando acudió a votar.