Caballo Cultural

Por Pedro Félix Gutiérrez 

Carta de Amor a México

Mi México cuando empecé a conocerte apenas balbuceaba y me mostraste la esperanza.
Tus hijos indígenas, la imagen de tus volcanes, el nacimiento de uno: el Paricutín, "¿has visto nacer un volcán?" -era la pregunta- y tu cielo infinito.

Después el mar, diez mil kilómetros de litorales bañan tus playas, las planicies de tu tierra, tus bosques, tus montañas y el desierto.

La cicatrices de tu cuerpo que en trepidantes silencios marca la vía del tren y que nos unen cosiéndonos como una vieja herida que no seca. Pues el saqueo de tus minas de oro y plata y el petróleo aún no termina. Territorio y mujer, lucha fundamental.

El Himno Nacional guerrero y vibrante sólo comparado con La Marsellesa. Los lunes en la escuela y la voz del poeta zacatecano Ramón López Velarde en Suave Patria. "María", diría el microhistoriador Luis González años después.

De niño abría bien los ojos "muchacho ojos de tostón" y asustaban los místicos santos de la Iglesia del pueblo, las ceremonias y fiestas religiosas, allá en Cerritos -"El Granero del estado" le decían-, después allá se quemaron sus minas de azufre.

Hay sincretismos por el ensamble de dos culturas en un mismo territorio aunque los conquistadores a su vez venían de 800 años de dominación árabe.

Mis padrinos de bautizo eran chinos y panaderos y el más querendón taxista. Patria México mi Patria. El concepto de la bandera tricolor, "como la francesa" -decían- "pero sin águila". El Himno Nacional escrito por el potosino Francisco González Bocanegra, la escuela, los amigos y nuestros héroes Hidalgo, Morelos, el potosino Mariano Jiménez y doña Josefa.

Todos son recuerdos y formación hasta el erizamiento de piel. Hay espumas en el aire, humo de leña que provoca llanto, aroma de tortilla quemada y el olor de la tierra mojada. El corazón de la vida, la Independencia la Reforma, la república restaurada y la Revolución.

Después geografía: chihuahuenses, veracruzanos, tzotziles, colimenses, mazatlecos y huastecos. La espléndida huasteca, lo náhuatl, lo pame y lo tenek y el norteño. A pesar de tanto criminal, de tanto homicida, de tanto suicida y tanto mañoso impulsor del miedo social contemporáneo y luego tus silencios, los de mi Patria: México.

Te comparé después con Roma, Egipto, Washington, Portugal, Nueva York, Checoslovaquia, París y Rusia, el sur de Italia y Grecia. Es incomparable añorarte fuera de ti querido México. Tus frutos abundantes, tus mercados y alimentos. El chocolate acá nosotros lo bebemos con agua, no había vacas. Se te ama y admira fuera de ti.

En las costas de Michoacán, en Lázaro Cárdenas, hice mi servicio social entre prostitutas migrantes, resentidos, frustrados y familias de prole numerosa. No había televisión, era el cuarto polo de desarrollo del país.

Fui testigo participante de cómo los territorios de Baja California y Quintana Roo se convirtieron en estados de la Federación, el antiguo estribillo quedó atrás "somos veintiocho estados, dos territorios y un Distrito Federal".

México mío te amo desde endenantes y ahora más en tu negra noche presiento tus días esplendorosos que son limpios y cada uno más para renacer que para morir.

He subido a tus montañas desde donde se bañaba Nezahualcóyotl hasta el Ajusco y acá en la Cañada del Lobo. Paseado en tus columpios de feria, en la rueda de la fortuna y gran diversión en los juegos de canicas, el trompo y el yo-yo no freudiano ni de marketing individualista y voraz.

He cruzado tus cielos volando como los pájaros, las gaviotas el águila. Cruzado tu territorio en bus, tren, burro, a pata y en bicicleta.

¡Mexicanos al grito de guerra! limpiemos la casa, los pobres somos los más y "al sonoro rugir del cañón" cambiemos la vida de nosotros, de los niños, jóvenes y las mujeres; madres niñas, sólida escalera y columna vertebral de nuestras vidas. Adiós al mal clero.

Lo mejor de nosotros está en casa, vayamos contigo México a nuestra utopía, a las calles, al autobús cotidiano, al encuentro fortuito, al aula en una nueva red sólida y fundamentada en lo mejor de nuestros sueños.

Para la inmensa mayoría no tenemos otro sitio dónde hacer, trabajar, vivir y amar que México nuestra Patria. Aún en sus colonias y sitios marginales y deterioro urbano.

¡Fuera! de ti Patria mía, los mañosos, los perversos, los indolentes, los pretenciosos, los miserables que por la cotidianidad forman parte de uno mismo! Adiós al yo pragmático autónomo e independiente a costa de lo que sea. Y contrario a nuestra cultura y al nosotros, no debemos seguir conjurados cavando tumbas colectivas olvidando nuestra parcela. La música y la tradición nos esperan.

Este es el momento, el inquieto paisaje, del coraje, de la "ola futbolera" si se quiere. Ya sabemos hasta dónde, el espejo de lo más vulgar de nosotros mismos, lo más triste y corrupto de nuestro cuerpo social.

Basta de asolar la tierra que nos vio nacer, de demeritarla y recibirla. Todos los países tienen su lado obscuro: Alemania: Hitler; USA: Vietnam;  Inglaterra: Sus torres y ahorcados judíos y palestinos. No se diga Euzkadi y los africanos, mahometanos; Bosnia: rapiña, odios, coraje, rabia e impotencia del ciudadano común en todas partes. Nada nuevo bajo el sol, no olvidemos ese espejo de la comparación perversa y obscura con nosotros mismos. No somos los únicos.

Virgen guadalupana, madre tonantzin, el Jesús en la boca de tu pueblo católico y cristiano. !México tierra amada generosa y amable, cobíjame otra vez!

Así regreso a lo latino, a mi amigo Facundo Cabral, muerto también en esos fatales daños colaterales. Y lo cito ahora: "Este es un nuevo día para empezar de nuevo/ para buscar al ángel que nos crece en el sueño/ yo dejaré el espejo y trataré de ser un hombre nuevo/ de cara al sol caminaré/ y con la luna volveré". México está es tu geografía que pusiste en el espíritu. Mi piel tiene ya tu código secreto.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP

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