El alfil negro

Por Ramón Ortiz Aguirre

Tlatoani

“Lucri bonus est odor ex re qualibet”

(El olor de la ganancia es bueno, no importa de donde venga)

-Juvenal

En pleno corazón de la capital de la República, justo a un lado del Templo Mayor, se encuentra el palacio desde donde se dirige al país. Es un sitio al que se puede entrar como un simple ciudadano o turista, pero al que muy difícilmente se puede acceder para tomar decisiones fundamentales para el pueblo y el desarrollo de nuestro país. En ese espacio habita y despacha el Tlatoani que gobierna y dirige el destino de todo México.

 

La palabra “tlatoani” es un vocablo de origen náhuatl, que se usaba para referirse al gobernante de una ciudad estado o un reino. No cualquier ciudadano podía aspirar a ese nombramiento. El gobernante era elegido por los grupos de nobles, provenientes de una dinastía o, a su vez, de una familia de gobernantes. El título de tlatoani se puede traducir como “el que habla”, porque su palabra era considerada la verdad única. Lo que él decía se debía de hacer sin discusión, pues sus dichos eran la ley, una ley indiscutible y única para todo el pueblo. Igualmente, en la gran y hegemónica Tenochtitlan, el cargo de tlatoani pasaba por herencia de padre a hijo o a hermano, conforme con una decisión tomada por el consejo integrado por los principales integrantes de la dinastía gobernante.

 

Tuvieron que pasar 502 años para que, desde el centro de la gran Tenochtitlan, hoy llamada Ciudad de México, el tlatoani contemporáneo tomara su bastón de mando, diera tres golpes en el piso y, volteando a ver a los restos del templo mayor, nombrara a un nuevo tlatoani. En esta ocasión se decidió por una mujer, a quien entregó el bastón de mando de las tribus morenistas que saldrán a luchar con toda su fuerza para mantener el mandato sobre el imperio mexicano. Los demás miembros del grupo de nobles esperan recibir la bendición del Gran Tlatoani, para aspirar a un nuevo cargo en el sexenio que se aproxima.

 

Falta uno de los nobles miembros, no sabemos a ciencia cierta si se sumará a los designios de la lideresa recién nombrada, o se unirá a las huestes que buscan derrocar a quienes hoy gobiernan. Las estadísticas y las encuestas muestran que la batalla no es fácil, pero está ganada y los miembros de las tribus morenistas saben bien que el olor de la ganancia es bueno sin importar de donde venga.

 

El Tlatoani ha hablado y marcado el camino a seguir de aquí al mes de julio del 2024. Ya veremos cómo se van dando las cosas.

 

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP

RAMÓN ORTIZ AGUIRRE

ramon.ortiz.aguirre@gmail.com

Originario del Centro Histórico de San Luis Potosí, Profesor Investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP y Jefe de la División de Difusión Cultural de la misma institución, actualmente jubilado. Especialista en agua y medio ambiente.

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