Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

Infocracia: el régimen de la información

En el libro intitulado Infocracia, su autor, el filósofo surcoreano  Byung-Chul Han, sostiene que  la digitalización ya está inmersa en  casi todas las esferas humanas, incluso  en  la política, provocando alteraciones masivas en el proceso democrático, que ha dado lugar a lo que nombra o conceptualiza como la infocracia que, se nutre de un régimen en donde fluye y se procesa una gran cantidad de  información, mediante  algoritmos que, “sumados a las tecnologías de la información y recientemente a la  inteligencia artificial, configuran  los procesos sociales económicos y políticos de nuestro tiempo”. A diferencia del régimen disciplinario, que prevaleció hasta finales del siglo XX, lo que se explota ahora son los datos y la información en un sistema al que denomina capitalismo de la vigilancia, donde se “degrada a las personas a la condición de datos y de ganado consumidor”. En este escenario tecnológico, el sistema democrático se encuentra gravemente amenazado por el avance de un régimen de control total de la información.

Con el uso de las tecnologías, plataformas, redes y dispositivos nos lanzamos en busca de libertad y creemos encontrarla cuando nos sentimos visibilizados, no así los gobernantes y su poder que se vuelven cada vez más invisibles para vigilarnos, es decir, con el uso de tecnología, las personas ya no se sienten vigiladas, si no libres y es esa sensación de “liberación la que asegura la dominación al relacionarse libertad y vigilancia”. El filósofo, explica que, en la actual sociedad de la información, prevalece el dominio de las redes abiertas y las autopistas de la comunicación para mantener un eficaz sistema de vigilancia y control que, opera con algoritmos y genera una secuencia lógica de instrucciones que, se utilizan en los sistemas digitales enfocados a realizar tareas específicas de identificación y vigilancia de nuestras preferencias, valores y formas de pensar. En este contexto, “los medios digitales pusieron fin al concepto de hombre masa, porque el ser humano de la era digital ya no es ese nadie dentro de la masa, ahora es un alguien con un perfil plenamente identificado. El régimen de la información aísla a las personas, en tal medida, que incluso juntas no forman una masa, sino enjambres digitales.”

Con la irrupción de las tecnologías de la información. los medios de comunicación de masas pasaron  a ser una ecología de medios  digitales que carece del centro de la esfera pública y se desintegra en espacios privados  donde  nuestra atención se desvía y deja de enfocarse en cuestiones relevantes para la sociedad, en tal medida, que la democracia entra en crisis   porque la aceleración de la información golpea a las prácticas cognitivas para el razonamiento, como la de análisis que consiste en descomponer un problema  en sus partes fundamentales para comprenderlo mejor, la de síntesis para combinar diferentes elementos o ideas y crear una nueva perspectiva o solución, una más es la de evaluación para examinar críticamente la información y determinar su validez y relevancia. En la sociedad de la información no tenemos tiempo para la acción racional debido a que la continua y acelerada comunicación nos priva de esa racionalidad, por lo que solo recurrimos a la inteligencia, la cual tiene una temporalidad diferente a la racionalidad. La inteligencia se orienta hacia soluciones y éxitos de corto plazo, por eso el sociólogo alemán Niklas Luhmann explica de forma atinada que  en una “sociedad de la información, ya no se puede hablar de comportamiento racional, sino en el mejor de los casos de comportamiento inteligente.” Otro aspecto de la sociedad de la información que amenaza a la racionalidad discursiva, es la comunicación afectiva, en la que no prevalecen los mejores argumentos, sino la información con mayor potencial de excitación, por ejemplo, el algoritmo de TikTok diseñado para mantener a los usuarios enganchados con una permanente exaltación de sus emociones, de esto es que  las fake news  sean más atractivas que la verdad de los hechos  y más  efectivas que una argumentación válida, por eso en la infocracia, los que marcan el sentido son los algoritmos más atractivos, inteligentes y oportunistas

De todo y sin medida: Las campañas electorales que se avecinan el país sin duda darán cuenta de guerras de información que recurrirán a una gran cantidad de recursos tecnológicos para influir en el comportamiento electoral y evitar las decisiones conscientes. Un claro ejemplo es el fenómeno Xóchitl Gálvez, el Frente Amplio por México y los medios de comunicación corporativos que insisten en su fallida estrategia de propaganda negra contra la persona y gobierno del presidente Manuel López Obrador, quien, a pesar de la siniestra narrativa de la derecha, sigue con un importante porcentaje, arriba del sesenta por ciento, en la preferencia   del electorado. ¿Ocurrirá lo mismo con Claudia Sheinbaum?.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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