El alfil negro

Por Ramón Ortiz Aguirre

¡Ah, cómo enchinchan!

“qui nihil potest sperare, desperet nihil”
(El que nada puede esperar, que no desespere de nada)

-Séneca

Recientemente se ha presentado un fenómeno bastante preocupante a nivel mundial, del que han dado cuenta largamente las redes sociales, y, en menor escala, los noticieros de radio y televisión. La prensa escrita no lo ha atendido, pues para ellos es más importante cubrir otras plagas que se extienden por todo el territorio nacional.

 

Hace poco vi un video de amplia circulación en Tik Tok, Instagram y Facebook, menos en Twitter—hoy X—porque ya pasó de moda y solo lo usan grillos y comunicadores pasados de moda, donde se muestran los trenes del metro de París, así como hoteles y restaurantes, invadidos por chinches. Los insectos se regodean chupando sangre e invadiéndolo todo, y eso tiene muy preocupado a los franceses que el año entrante tendrán como sede, en la ciudad de París, los Juegos Olímpicos. ¡Imagínense ustedes a los atletas mexicanos, todos picoteados por esos insectos! Seguro pondrían como pretexto de no ganar medallas, el desgaste ocasionado por la succión de sangre a causa de las chinches de cama.

 

Hace días se dio la voz de alarma en la UNAM, pues los laboratorios y aulas de varias facultades estaban invadidas por numeroso ejemplares de “Cimex lectularius”, vulgarmente conocidos como chinches: insectos hemípteros de la familia Cimicidae y de alimentación hematófaga—disculpen recurrir a nombres científicos, pero tratándose de la UNAM no podía hacerlo de otra manera. La cuestión es que las facultades se vieron despobladas de alumnos y maestros, mientras los voceros de la rectoría anunciaban que no había chinches y que por favor no estuvieran enchinchando, ya que andan revisando varios plagios sucedidos en tesis y trabajos recepcionales.

 

Aquí en San Luis de la Patria, según dicen, también andan las chinches desatadas y ya traen a más de uno rascándose mañana, tarde y noche. Otros andan cuidando la cuadra de caballos del señor gobernador, así como los finos sombreros charros, para que no se les suban esos horribles insectos y echen a perder las grandiosas charreadas anunciadas para el mes de noviembre.

 

Más allá de las chinches, lo que sí es que, en el estado de San Luis Potosí, el último mes se ha desatado una plaga que tiene a toda la población en ascuas. Esta plaga se extiende por bardas, postes, parabuses, mamparas y espectaculares, y se trata de la propaganda innecesaria de los informes del gobernador, presidentes municipales y diputados que han invadido todos los espacios. Ojalá y esta gente un día entienda que, independientemente de tirar el dinero que no es de ellos, con este despilfarro solo enchinchan a todo mundo, y no hay derecho de hacerlo.

 

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP

RAMÓN ORTIZ AGUIRRE

ramon.ortiz.aguirre@gmail.com

Originario del Centro Histórico de San Luis Potosí, Profesor Investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP y Jefe de la División de Difusión Cultural de la misma institución, actualmente jubilado. Especialista en agua y medio ambiente.

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