Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

La migración centroamericana

El fenómeno de la migración de Centroamérica a los Estados Unidos presenta cada vez mayor complejidad, y de no atenderse con enfoques integrales y cooperación internacional, seguirá el aumento de esta población que se desplaza a territorio norteamericano. Las principales causas de este problema son los altos niveles de desigualdad y pobreza que impulsan a las personas a buscar oportunidades económicas en el vecino país del norte. La escasez de empleo digno y bien remunerado en los países de origen es otra de las causas que influyen de manera significativa en este problema migratorio, así como la inestabilidad política en centroamérica que genera un entorno de incertidumbre  y motiva a las personas a buscar seguridad y estabilidad en Estados Unidos. La complejidad de la migración es aún más evidente si se agregan otros factores como la corrupción, la impunidad, la injusticia, la violencia y la presencia de grupos criminales organizados que  impulsan a las personas a migrar  en busca de un entorno más seguro.

Nadia Jazmín Martínez García, realizó una revisión histórica donde expresa que “uno de los primeros momentos de la migración centroamericana se ubica en la segunda mitad del siglo XIX, cuando el principal factor de expulsión eran las cuestiones económicas. Las familias se desplazaban desde Guatemala a la frontera sur de México para trabajar temporalmente en el cultivo de caña de azúcar, café y algodón. Esa dinámica predominó hasta entrada la década de los setenta del siglo XX, debido a que, a partir de entonces, la región entró en una etapa de inestabilidad política, económica y social. En las dos últimas décadas del siglo pasado, el problema se acrecentó con la violencia ejercida por pandillas y cárteles del narcotráfico; deficiencia de sus instituciones gubernamentales; intervencionismo estadounidense, y los desastres naturales (principalmente huracanes)”.

Según expertos en la materia, durante el siglo XIX, un número considerable de personas migraron a Estados Unidos y fueron apoyo importante para el crecimiento y fortaleza de la nación, sin embargo, a partir de la década de los sesenta del  siglo XX, el enfoque del gobierno estadounidense hacia la inmigración presentó ciertos desafíos para controlarla que dieron lugar a ventajas como a desventajas. “Dentro de las primeras, estaría la diversidad cultural y la obtención de fuerza de trabajo barata, tanto calificada como no calificada. En las segundas, el problema de la integración económica y social de la población inmigrante, los servicios públicos que utiliza, la competencia en los mercados de trabajo, la fragmentación social y el comercio de drogas”. A partir de esto, durante las últimas tres décadas, los norteamericanos abogan por políticas de inmigración más estrictas y una frontera fortalecida para frenar la inmigración.

Otras amenazas que identificaron  son sobre su “identidad que puede perderse, ya que el idioma  español está avanzando tanto que, Estados Unidos puede pasar  a ser un  país bilingüe, y que con la llegada de otros valores distintos a los que definen a la sociedad estadounidense, la religión protestante, las éticas del trabajo y el imperio de la ley, podrían perderse debido a esta inmigración”. En este contexto, sectores compuestos por académicos y activistas políticos, consideran que tanto la actual política migratoria, así como su política externa de ayuda internacional, facilitan y no controlan la migración internacional proveniente del sur.

Sin embargo, existen posturas contrarias que ven el problema como una oportunidad para retroalimentar la economía en lugares que necesitan de la migración. Consideran que para estos sectores se deben expandir las visas de trabajo. Otra perspectiva es la que  “asocia la migración irregular de los países de América Central a Estados Unidos en parte a la economía de Estados Unidos, pero principalmente a las erróneas políticas migratorias que promueven la migración no autorizada”. “Desde una visión ligeramente diferente, un estudio publicado en 2021, Connaugton (13 de octubre 2021) reporta que 74% de los estadounidenses consideran que la discriminación racial y étnica es un problema serio, y de una magnitud mayor de lo que expresan países que se consideran igualmente desarrollados. Esto devela que, aunque la población migrante de otros países pudiera encontrar alivio a su situación en su país de origen, en Estados Unidos socialmente pudieran estar excluidos”.

La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, durante las pasadas tres décadas, organizó diversos paneles de expertos en investigaciones especializadas, donde identificaron la “complejidad científica que inscribe la valoración de la inmigración, sus causas e impactos en el origen y el destino”. Hoy, en medio de esta complejidad, el ámbito  electoral, de acuerdo a los sondeos indican  un desacuerdo generalizado sobre  la forma en la que el Presidente Joe Biden ha manejado la inmigración y el control de la frontera, lo cual constituye una amenaza para  sus aspiraciones de ser reelegido en este año que recién comienza.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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